10 No traspases el término antiguo, Ni entres en la heredad de los huérfanos:
11 Porque el defensor de ellos es el Fuerte, El cual juzgará la causa de ellos contra ti.
Proverbios 23: 10-11
11 Porque el defensor de ellos es el Fuerte, El cual juzgará la causa de ellos contra ti.
Proverbios 23: 10-11
Algunas veces he leído este versículo, pero lo tuve en cuenta como una referencia a costumbres antiguas: el autor aconseja a una persona que no se apropie de la tierra de los huérfanos corriendo los límites de su propiedad, aprovechándose de su debilidad porque Dios es quien los defiende.
Anoche volví a leerlo y pensé que quizá tiene mucha relación con el motivo de nuestra lucha, pensé que podríamos pensar en aquellas personas que se atribuyen derechos que no poseen, usan la fuerza, ejercen el abuso de poder sobre las más débiles de las personas: los niños no nacidos.
Dios no nos dió la libertad de elegir sobre la vida y la muerte, ni la nuestra ni la ajena. No decidimos en que momento de la historia nacer, ni podemos elegir cuando morir. Tampoco nos podemos arrogar el derecho de decirlo sobre otros... cuanto menos si ese otro está en el vientre.
El aborto es un acto de cobardía.
Sin embargo, Dios dice que la causa de esos niños abortados está en la Corte Suprema de Justicia celestial, Él es el abogado querellante y además el Juez. Es un juicio ganado.... la pregunta es: ¿Quien defenderá a los acusados?. Somos una sociedad responsable, por acción u omisión, del asesinato sistemático de criaturas inocentes.
Dios nos lo demanda. Hay sangre en nuestras manos.
¿Quien defenderá a los acusados?... hay varias historias de arrepentidos circulando por la web, gente que participó de esta industria y ahora milita en la lucha por la vida. Se puede. Dios dá oportunidad para las mujeres que abortaron, para médicos y enfermeras que participaron, para aquellos que lo apoyaron... para todos.
Esto es un llamado de atención y de esperanza. Te animo a que te sumes a la lucha, ¡a que levantes tu voz por aquellos que son silenciados todos los días, en todo lugar!.
Dios no nos dió la libertad de elegir sobre la vida y la muerte, ni la nuestra ni la ajena. No decidimos en que momento de la historia nacer, ni podemos elegir cuando morir. Tampoco nos podemos arrogar el derecho de decirlo sobre otros... cuanto menos si ese otro está en el vientre.
El aborto es un acto de cobardía.
Sin embargo, Dios dice que la causa de esos niños abortados está en la Corte Suprema de Justicia celestial, Él es el abogado querellante y además el Juez. Es un juicio ganado.... la pregunta es: ¿Quien defenderá a los acusados?. Somos una sociedad responsable, por acción u omisión, del asesinato sistemático de criaturas inocentes.
Dios nos lo demanda. Hay sangre en nuestras manos.
¿Quien defenderá a los acusados?... hay varias historias de arrepentidos circulando por la web, gente que participó de esta industria y ahora milita en la lucha por la vida. Se puede. Dios dá oportunidad para las mujeres que abortaron, para médicos y enfermeras que participaron, para aquellos que lo apoyaron... para todos.
Esto es un llamado de atención y de esperanza. Te animo a que te sumes a la lucha, ¡a que levantes tu voz por aquellos que son silenciados todos los días, en todo lugar!.
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